La ilusión de casi todos los "mortales" es la de dar un paseo en un Lincoln, sobre todo si es de color negro y con un chofer trajeado... Pero no de ésta manera ¿verdad?.
Éste con matrícula cuarenta y dos mil, circuló por las calles de Madrid llevando multitud de pasajeros, -todos ellos poco molestos- que no decidían si el chófer debía ir por un camino o por otro hasta llegar a su destino, que por otra parte, casi siempre era el mismo, el Cementerio de Nuestra Señora de La Almudena.
Hoy en día, éste vehículo, se encuentra en el depósito de coches fúnebres -que no museo-.
En el edificio de la izquierda según entramos por la puerta principal del Cementerio del Este, está previsto que se haga un Museo de Cementerios de Madrid y sin duda, en él las piezas más preciadas serían los diez o doce vehículos tanto de tracción animal como de tracción mecánica que en éste almacén se encuentran.
Tuve la gran suerte de ser una de las pocas personas invitadas en el año 2010 a ver éstos vehículos tras un año de espera (desde el 10 de noviembre de 2009 para ser exactos) y además con un cicerón especial, el amante y especialistas de cementerios "Jesús Cámara", comisario de exposiciones de la Junta de distrito de Ciudad Lineal.
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